ENTRE SOMBRAS Y SINTETIZADORES: THE HORRORS RENACE CON ‘NIGHT LIFE’
25.03.2025
Diego Castillo
Pocas bandas han logrado fusionar el rock con la electrónica de una manera tan cautivadora como The Horrors. A lo largo de su trayectoria, han demostrado una capacidad para reinventarse en cada álbum, explorando y combinando distintos géneros sin perder su esencia. Su evolución sonora ha sido una de sus mayores virtudes, consolidándose como una de las propuestas más interesantes dentro de la escena alternativa.
Recientemente, la banda ha experimentado cambios significativos en su alineación, tras la salida del tecladista Tom Furse y el baterista Joe Spurgeon. Sin embargo, en lugar de detenerse, The Horrors han encontrado nuevos talentos para continuar, dando la bienvenida a Amelia Sinclair y Jordan Cook, quienes aportan nuevas posibilidades a su sonido.

Una vez consolidada la nueva alineación, Faris Badwan decidió regresar a las raíces de The Horrors, recuperando la esencia de sus primeros proyectos y explorando nuevamente esos sonidos oscuros y envolventes que marcaron su identidad. Este regreso no pasó desapercibido, y medios como New Musical Express (NME) destacaron la profundidad de su nueva propuesta con el álbum Night Life, describiéndolo como:
"Un disco de peso y espacio, de melancolía y euforia que explora los pensamientos que ocurren al amparo de la oscuridad; los lugares a los que te lleva tu mente cuando el resto del mundo está dormido".
Y no es para menos. Night Life es una obra cautivadora que logra transmitir una atmósfera hipnótica y emocional desde su primer tema. La introducción del álbum, "Ariel", fue lanzada con un videoclip en YouTube el 21 de febrero de 2025, y su sonido denso y atmosférico evoca el estilo gótico de sus primeros trabajos, aunque con toque más tranquilo.
La banda ha expresado un apego especial por este tema, señalándolo como uno de sus favoritos del proyecto. En sus propias palabras:
"Ariel es un símbolo de resistencia frente a la lucha. Muy apropiado, dadas las muchas noches que pasamos luchando con ella y entre nosotros".
Así comienza el viaje sonoro que The Horrors nos propone en Night Life, sumerge en una secuencia de melodías que refuerzan la atmósfera oscura y envolvente del proyecto. "Silent Sister", "The Silent That Remains" y "Trial By Fire" destacan por su potencia instrumental: guitarras intensas, sintetizadores imponentes que refuerzan la densidad del sonido y la voz sombría de Faris Badwan que añade dramatismo a la experiencia.
Entre estas canciones, "The Silent That Remains" sobresale no sólo por su sonido inquietante, sino también porque fue uno de los primeros sencillos con los que la banda marcó su regreso. En una entrevista, The Horrors describió el significado detrás del tema con una frase que encapsula perfectamente la esencia del tema:
"La canción es un paseo por la ciudad a las 3 de la mañana en el que se vuelve sobre nuestros pasos y se deja atrás el pasado. The Horrors nunca terminan".

El disco da un giro en su atmósfera con las siguientes tres canciones, donde la intensidad disminuye ligeramente para que los sintetizadores y los ritmos electrónicos tomen el protagonismo. "The Feeling Is Gone", "More Than Life" y "Lotus Eater" sumergen en una sensación casi cinematográfica, como si estuviéramos atrapados en el castillo de un vampiro o sintiendo la presencia de una entidad acechante en la penumbra.
Entre estas, "Lotus Eater" destaca por su envolvente producción y su lírica reflexiva, que nos invita a dejar atrás el peso del pasado y vivir el presente con versos como:
"Si el mundo se acabara hoy
Hemos pasado demasiado tiempo
Preocupándonos por el ayer".
The Horrors captura la sensación de urgencia y nostalgia, recordándonos lo efímera que puede ser la existencia.
Acercándonos al desenlace, de repente hay un giro inesperado. "When The Rhythm Breaks" nos transporta a una dimensión etérea, como si de repente emprendiéramos un vuelo hacia un lugar celestial. Los sintetizadores melódicos envuelven el tema en una bruma hipnótica, mientras que las voces de fondo, casi fantasmales, resuenan a la distancia. La interpretación de Faris Badwan, suave y casi angelical, contrasta con la atmósfera densa del resto del álbum, logrando un cambio radical que deja una sensación de calma después de la tormenta.
Para cerrar con broche de oro con una canción dedicada al lugar en donde se produjo la mayoría de Night Life, “LA Runaway” nos recuerda a una canción con un toque de los años 80 con los sintetizadores y guitarras más rítmicas que provocan ganas de bailar con un coro repetitivo, pero pegajoso a la vez, dándonos un final digno para este regreso triunfal de The Horrors.
Con Night Life, el proyecto logra un regreso potente y atmosférico, fusionando su esencia oscura con nuevas texturas sonoras. Es un viaje nocturno entre melancolía y euforia, que reafirma su capacidad de reinventarse sin perder identidad. Un regreso que demuestra que, en la penumbra, The Horrors siguen más vivos que nunca.

Portada de “Night Life"