SOBREVIVIENTE DE SU SUEÑO
Investigación, guión y narración: Maricarmen Climént.
Producción y diseño sonoro: Carlos Antonio Sánchez.
Tania María es una persona dulce: habla suavecito y me inspira mucha ternura. Es muy inteligente y creativa: te das cuenta con sólo ver su estilo tan único de vestir. Yo no sé cómo le hace, pero combina un vestido que podría haber llevado su abuelita, con un suéter de peluche y unas botas negras de plástico de esas que se usan para lavar los coches …¡y resulta que se ve espectacular!
Con esos looks originales que la hacían lucir hermosa, Tania María iba a sus clases de sociología en la UNAM en 2007. Se decidió por esa carrera porque siempre le habían interesado la historia, las personas y los derechos humanos. Y también porque sintió que era un camino que quería explorar además de la otra de sus pasiones: el arte.
Esa originalidad al vestir, era finalmente un reflejo de su lado artístico. Tania dibuja desde que era muy pequeña, hace collages con fragmentos de fotografías, y edita imágenes para crear escenas muy locochonas. Por ejemplo, se coloca a ella misma tomándose una selfie dentro de la boca de un tiburón, o flotando sobre las nubes abrazada a un perro. Tania se inspiraba en sus sueños para crear estas imágenes, lo que jamás pensó, es que un día se convertiría en una sobreviviente de su sueño, en el sentido más literal.
Una noche, en enero del 2007, su vida cambió. Tania salía con un amigo de un diplomado que estaban cursando.
“Fuimos a cenar y después de cenar le di un aventón a su casa y sí, recuerdo haber dicho que me sentía un poquito cansada. De hecho, le dije que si no se quería venir conmigo porque yo sentía que estaba un poco cansada y justo me dijo que no podía porque tenía cosas que hacer al día siguiente…”
Tania tomó su coche y empezó a manejar hacia casa de sus papás, ya que vivía con ellos en ese entonces. Encendió la radio solo por escuchar algo.
“…azarosamente, sintonicé una estación que estaba transmitiendo un concierto de orquesta. Era enero, hacía mucho frío y yo estaba muy abrigada. Tenía una chamarra gruesa y me acuerdo que puse la calefacción en el coche, porque tenía muchísimo frío. Estaba a punto de llegar a casa, sobre Calzada de Tlalpan, y no me di cuenta del momento en el que empecé a sentirme realmente tan cansada que me estaba quedando dormida…”
Tania se estrelló contra un árbol. Se quedó dormida mientras pisaba el acelerador a fondo.
“Yo no recuerdo nada, pero estaba consciente. Al parecer gritaba o pedía ayuda…”
Un par de jóvenes que vivían cerca escucharon el accidente y llegaron corriendo.
“Uno de ellos me mantuvo despierta y el otro empezó toda la logística para llamar a un paramédico y tratar de contactar a mi familia.”
Ella es Eunice, la mamá de Tania:
“Me llama esta señora y me dice que Tania tuvo un accidente, que está con la pierna un poco lastimada. No me dijo nada más, solo que estaba despierta y que no me asustara…”
No pude contactar a los paramédicos que asistieron a Tania en el coche, pero entrevisté a Gerardo Vela, quien ha intervenido en cientos de accidentes similares.
“Mi nombre es Gerardo Vela, soy licenciado en enfermería, paramédico y rescatista. Primero, checamos la seguridad de la escena, fugas de aceite, gasolina, algún chispazo o un poste de luz. Estos pueden generar un incendio. Luego revisamos a la persona para ver si está consciente o inconsciente…”
Tania estaba consciente, atrapada dentro del coche.
“No había bolsas de aire, lo que hizo que todo el impacto fuera de mi lado. No tuve protección del coche para amortiguar el golpe. El coche estaba sobre mí, completamente prensada.”
Es crucial no mover a la persona a menos que seas un profesional con las herramientas adecuadas.
“Imagínate si la víctima tiene una fractura donde no sabemos cómo está el hueso. Si lo movemos incorrectamente, ese hueso puede cortar una arteria o vena, generando una hemorragia.”
Después de una serie de maniobras delicadísimas, lograron sacar a Tania y la llevaron a urgencias.
Tania insiste en que no recuerda casi nada de lo que sucedió dentro de la ambulancia. Pero hay algo que recuerda muy bien: esa noticia que le dio el paramédico.
“Dijo que mi pierna izquierda estaba en una condición súper grave, que probablemente la iba a perder…”
Tania llegó al área de urgencias del hospital en estado crítico. Al poco llegaron sus papás.
“Escuchamos que ella, detrás de una mampara, gritaba que le dolía. Eso me tranquilizó un poco, saber que estaba consciente y sentía dolor.”
Eunice pensó que si le dolía, era porque la columna vertebral estaba a salvo, lo que le dio un respiro. Pero ignoraba las lesiones que tenía Tania.
“No tenía idea de la magnitud del accidente hasta que llegaron las radiografías y fue el pánico.”
Tania estaba hecha cachitos:
“Se me reventó el pie derecho. En la rodilla izquierda, el fémur fue una fractura expuesta. Tuve fractura de caderas en dos lados, los dos brazos, una fractura expuesta en el derecho y la cara, que también se hizo cachitos con el volante.”
Eunice vio las radiografías de todos esos huesos rotos y se quedó en shock.
“El dolor que podía estar sintiendo mi niña, y bueno, la autorización primera fue para operar. Tenían que operar ya.”
Era urgente operarla. Tratar fracturas múltiples siempre es una situación delicada. El caso de Tania era particularmente preocupante porque tenía fracturas expuestas, lo que aumenta el riesgo de infección. Tania entró al quirófano.
La historia de Tania no es un caso excepcional. Ese segundo de cerrar los ojos al volante y la pesadilla que viene después, lo experimentan miles de personas al año en el mundo. La Fundación española MAPFRE, la cual enfoca parte de sus actividades a la prevención y seguridad vial, ha estimado que entre el 20 y el 30% de los accidentes automovilisticos se deben a la fatiga.
En México, datos del Instituto Mexicano del Transporte (IMT) dicen que cerca del 42% de los accidentes de tránsito están relacionados con la fatiga del conductor.
Podríamos pensar que, aunque estés cansado, el estar haciendo algo - como manejar- te mantendrá despierto, pero el caso de Tania y todas esas personas que sufren accidentes por quedarse dormidos son la muestra de que no es así. Entonces ¿qué sucede para que una persona se quede dormida manejando? Conseguí a la persona ideal para explicarlo.
"Yo soy Guadalupe Terán soy especialista en medicina del sueño y soy presidente de la sociedad mexicana para la investigación y medicina del sueño y coordinadora del centro de sueño y neurociencias."
Guadalupe me explica que uno de los principales factores que aumenta el riesgo de quedarnos dormidos al volante llevar muchas horas despierto.
"Cuando nosotros llevamos 17 horas despiertos podemos cometer los mismos errores al volante, que una persona que ha consumido niveles ilegales de alcohol, no? Porque tu cuerpo ya no tiene la misma capacidad para reaccionar."
Conforme mas tiempo llevamos despiertos, se va acumulando en el cuerpo una sustancia llamada adenosina. La adenosina actúa en el sistema nervioso central y aumenta la sensación de cansancio y el impulso del sueño.
"Si ella se había despertado, por ejemplo a las 6 de la mañana y pues ya eran por lo menos las 11 de la noche, pues ya estaba en un horario donde ya su cuerpo no iba a estar tan ágil para responder a los estímulos externos."
En efecto, Tania Maria llevaba alrededor de 17 horas despierta. ¿Pero eso fue suficiente? En realidad, hay una serie de factores que estimulan aún más la sensación de sueño y que se combinaron ese día en el trayecto de Tania a casa.
La noche: Eran alrededor de las 12 de la noche cuando el accidente ocurrió.
"La curva de somnolencia natural aumenta en la noche. La oscuridad promueve por supuesto el sueño."
Temperatura cálida. Era enero, hacía frío, Tania Maria iba muy abrigada y además había encendido la calefacción. El calor estimula el sueño.
"Por eso cuando tú no puedes dormir o como una recomendación para dormir mejor está tomar bebidas calientes un baño caliente o cubrirte porque eso te va ayudar a quedarte dormido."
Ventanas cerradas.
"Pues va disminuyendo el flujo del aire y entonces hace que tengas menos oxígeno disponible"
Falta de estímulos.
La música clasica que sonaba en su radio, pudo haberla relajado y darle más sueño. Pero más probablemente, a Tania le afectó la falta de estímulos en el camino.
"Por ejemplo ir en Calzada de Tlalpan pues es una vía recta que realmente no tiene tantas cosas que estar sorteando: no hay curvas, no hay obstáculos. Vas en línea recta. Entonces eso hace que no requieras tantas habilidades de manejo. Entonces al ser un estímulo constante hace que lo hagas de manera está en automático, que tienes más probabilidad de quedarte dormido."
De noche, temperatura cálida, ventanas cerradas y falta de estímulos. Tania tania tuvo todos esos, digamos ‘ingredientes’ que estimulan el sueño. Ahora, una cosa es que te dé sueño y otra es no percatarte de que tienes sueño, quiero entender por qué no nos damos cuenta de que nos estamos quedando dormidos.
"El problema de la somnolencia es que sucede como con el alcohol no es una persona que está alcoholizada no es consciente del grado de alcohol, no de hecho hay personas que están alcoholizadas y manejan, ¿no? O sea, porque se sienten bien pero en realidad objetivamente no son hábiles, no? Y se equivocan y cometen errores y no tienen buena precisión. Pasa lo mismo cuando no tienes cuando tienes sueño no o sea tienes una falsa percepción de tu estado de alerta."
El alcoholímetro ha sido un sistema muy exitoso para detectar los grados de alcohol que alguien lleva en la sangre y establecer un límite a partir del cual no se nos permite manejar. Acaso no hay un sistema que nos permita detectar el nivel de fatiga o sueño que tiene una persona? No hay un fatigómetro? o sueñómetro?
"Tú puedes para a alguien y darte cuenta si consumió niveles inadecuados de alcohol pero con el sueño en realidad es difícil porque si tú le preguntas a alguien te va a decir "no, no tengo sueño" e incluso si tú en ese momento le haces alguna prueba para determinar si se está quedando dormido, pues puede ser que la adrenalina del momento lo activé y entonces es muy complicado evaluar la somnolencia. No hay medidas eficientes y por eso depende mucho de la responsabilidad personal del conductor."
Puede que no haya medidas, pero si algunos estudios que han estimado que tras una noche en la que solo se duerme de cuatro a 5 horas se duplica la probabilidad de sufrir un accidente en comparación con las personas bien descansadas.
Así lo estimó un estudio de la Universidad De Central Queensland en Australia y publicado en abril del 2023.
En el caso de Tania esos segundos de sueño le costaron varias cirugías. Le reconstruyeron el rostro y le regresaron a su lugar los huesos de la cadera, brazos y piernas. Sí, pudieron salvar su pierna, pero a cambio Tania tuvo que estar una semana en terapia intensiva, prácticamente inmovilizada.
"No me podía mover absolutamente nada, solamente la cabeza."
Al menos hasta ese momento el dolor estaba controlado por los analgésicos tan fuertes que recibía. Pero cuando tuvo su tercera cirugía, ese efecto desapareció.
"Me desperté por el dolor, no soportaba el dolor del pie. Además, el pie es un lugar lleno de terminaciones nerviosas y básicamente habían taladrado mi pie para meter un tornillo, un clavo."
"Entonces el dolor era brutal e intensísimo, no lo soportaba."
A la inmovilidad y al dolor se le sumaba otra dificultad igual de traumática: la desaparición de su intimidad.
"Bañarme... me bañaban en la cama. Todo era un ritual, como tener que levantarme con una sábana para poner un plástico abajo. Y la manipulación de mi propio cuerpo por otras manos."
Ese accidente le dio un vuelco a la vida de Tania, y también a sus prioridades…
"Hacía fisioterapia en mi casa. Y de pronto, pues tenía que volver a aprender a caminar."
Y hasta ahí: caminar. Porque volver a correr, según le dijeron, sería algo poco probable.
"Caminar, sí, pero a correr, quién sabe."
"Le echaba muchas ganas a su rehabilitación y cada logro era un festejo, un revivir."
Parte de la rehabilitación, la hacían caminar en una andadera a la que le podían ir cambiando la velocidad.
"Entonces me acuerdo que poco a poco me iban subiendo un poquito la velocidad hasta que un día fue como… ya me subieron mucho la velocidad y lo pude hacer."
¡Correr! ¡Pude correr!
"Fue como… ¡sí puedo… sí!"
Han pasado 16 años de su accidente. Cuando escucho a Tania recordarlo, la imagino saltando valla tras valla, como si hubiera estado en una larga carrera de obstáculos.
Valla 1: cinco años de múltiples operaciones —once operaciones, para ser precisos.
Valla 2: movilizarse en la Ciudad de México, muy poco adaptada para personas con discapacidad, usando silla de ruedas y andadera.
Valla 3: soportar los comentarios de la gente:
"Alguna vez en la facultad, un tipo siento que me tiró la onda con mis cicatrices. Me dijo: ‘qué sensuales tus cicatrices’. Y yo: ‘con permiso, adiós, ciao’."
Ah, y mis comentarios favoritos son estos, de una supuesta misión de vida: ‘algo tenías que venir a hacer’.
"Siento que hay como una mitificación de que porque tuviste un accidente y lo sobreviviste, entonces tienes una responsabilidad de venir a hacer una misión en la vida. Como si nuestras propias existencias haciendo las cosas increíbles que hacemos no fueran suficientemente lindas y trascendentales."
Valla 4: rehabilitarse físicamente, eso iba espectacular. Pero Tania tuvo que recuperarse de algo más complejo que la movilidad de sus piernas.
Valla 5: recuperarse a ella misma. ¿Quién era Tania María después del accidente? ¿Después de meses inmovilizada, más de una decena de operaciones y una lenta rehabilitación? ¿De dónde sacaría fuerza para recuperarse a sí misma?
"Bueno, lo más importante fue tener un acompañamiento psicológico."
Y además, el arte. Hacer cualquier cosa le exigía y la cansaba demasiado, entonces no pudo hacer tanto como ella quería, pero lo hizo.
"Pude escribir poco y pude dibujar poco, que también siento que es algo que me ha acompañado."
Y ahora el arte la acompaña más que nunca, porque Tania decidió dejar la sociología y estudiar historia del arte. Ahora escribe, dibuja y participa en el diseño visual de una organización por los derechos humanos (¡no abandonó del todo su lado de socióloga!). Ahora explota su creatividad, que era tan evidente desde que la veíamos llegar con esos looks que solo ella podía hacer brillar.
Recordar el esfuerzo constante que hizo para reconstruirse a ella misma la hace sentir muy bien.
"Me siento muy agradecida con la vida y conmigo misma. También me siento muy agradecida de haberme dado la posibilidad de sanarme en muchos sentidos, porque creo que obviamente sanar el cuerpo es una parte."
Reconoce que logró sanar su cuerpo gracias a una red de personas que la ayudaron muchísimo, y a un contexto social que le dio acceso a servicios de salud. Pero sanarse interiormente es otra cosa...
"Pero sé que si yo no hubiera puesto todo lo que puse para que eso sucediera, no habría sucedido."
"Siento que… creo que nunca lo había dicho así, la verdad."
Tania sobrevivió a su sueño, a ese instante en que se quedó dormida y derivó en un trágico accidente automovilístico. Pero yo veo en ella mucho más que a una sobreviviente, y su historia me hace pensar en todas las personas que han atravesado eventos traumáticos de diferentes tipos. En Tania veo un camino de reconstrucción, de aferrarse a la vida, y sobre todo, de aferrarse a ella misma.